Cuando Ànnia pasaba largas horas en el hospital recibiendo quimioterapia, vio que las paredes eran demasiado blancas. Un día, decidió hacer copos de nieve con su madre y los colgó del techo. Eso cambió el ambiente: los niños miraban hacia arriba, sonreían y, por un momento, olvidaban dónde estaban. Aquel pequeño gesto se convirtió en una gran revolución. Al año siguiente, Ànnia inspiró a toda su escuela y juntos decoraron el Hospital Vall d’Hebron con 8.000 estrellas por Navidad. Así nació “Sonrío contigo”, un proyecto que transforma espacios hospitalarios y escolares en lugares más humanos y acogedores. Gracias a la implicación de centros educativos y comunidades, convertimos las paredes de los hospitales en un refugio de esperanza para los niños ingresados y sus familias.